El principio del final de mi año 2007 transcurrió en la cocina de la casa de Eva en Albacete. Nada más entrar por el umbral de la puerta mis ojos fueron a parar a una enorme bolsa de naranjas que estaba en un rincón cercano a la despensa. No tardé en coger una y ponerla justo bajo mi nariz... ¡Qué bien olía! Hacía tanto tiempo que no me detenía a disfrutar el aroma de esa maravillosa fruta... Bien por prisa o tal vez por carencia de los productos -ya se sabe las frutas que se compran en el super no desprenden el mismo perfume que las recién recolectadas del árbol-, el caso es que habían pasado unos cuantos meses desde que no me paraba a degustar las pequeñas cosas estupendas que rodean mi vida.
Esta noche sorprendentemente he dormido del tirón, algo que no me sucedía desde los meses estivales. Ha sido genial. Me he pasado el día con EL, Juandi, Eva y la divertida Alba dando vueltas por la ciudad, tomando café y yendo de tiendas. Al llegar a casa, después de cenar he acompañado a Alba a la cama y cuando ya la iba a dejar desacansando la pequeña me dijo:
- Mañana es Nochevieja.
Ha sido entonces cuando, tras mucho meditarlo, me he sentado frente al ordenador con el único propósito de darle gracias a lo que sea (no sé si se llama destino, Dios o energía) por permitirme llegar hasta aquí y contarles todo lo que a menudo les narro. 2007 ha sido un año de "vuelta al cole" para mí, tal vez durante estos 365 días he cursado la asignatura más importante de mi carrera que ha consistido en aprender a valorar mi vida que es una, única e irrepetible. He aprendido que los hospitales no me gustan, que los accidentes de tráfico son lo más triste que puede pasarle a alguien y que los enfermeros son auténticos jabatos capaces de lidiar con desquiciados.
En la vida hay momentos dulces y amargos como los limones. A lo largo de estos 365 días he aprendido a hacer frente a mis problemas, a diferenciar lo importante de lo urgente, a valorar a mis amigos, a la familia... He aprendido que nunca te puedes ir de una empresa cuando sientes que todavía te queda trabajo por hacer en ella. He corroborado que yo no soy mi oficio, que me gusta pasear, leer el Vogue y estar con la gente que me quiere. He tenido la oportunidad de conocer a unas compañeras de redacción excelentes que me han enseñado que estar no es lo mismo que compartir. He descubierto que hay personas que me aprecian mas de lo que pensaba y que estarían dispuestas a dar la cara por mi si se planteara alguna situación comprometida. También he caído en la cuenta de que hay otras que saldrían corriendo porque mi amistad no responde a sus intereses.
Me he ido de casa, ahora vivo feliz con EL y con Dinky, nuestro perro. Me he dado cuenta de que me falta tiempo. Sigo sin carné de conducir y ya no voy a clases de body combat. He descubierto que la vida en pareja es un camino en el que no basta con andar, sino que tienes que saber dar los pasos adecuando tu velocidad a la de tu compañero. Soy consciente de que tengo suerte.
Ya no les aburro más. Termino mis últimas líneas de 2007 tranquila, sentada en el ordenador de la casa de mi querida amiga Eva, tras vislumbrar la silueta de Alba tumbada en su camita soñando tal vez con Pocoyó. Mañana es Nochevieja, TVE emitirá su clásica gala que dura 6 ahoras, sonarán las campanadas en el reloj de la Puerta del Sol, cenarán de forma copiosa, tomarán las 12 uvas de la suerte y se reunirán con sus allegados para tomar unas copas. Empieza un año nuevo cargado de buenos deseos. ¿Saben ya cuál es el suyo? Repasen sus vidas y cuando lo tengan claro, cierren los ojos y formúlenlo en bajito para que nadie se entere. Si lo ansían de verdad, tienen 365 días para hacerlo realidad. Feliz 2008.