miércoles, abril 04, 2007


SOBRE LA RADIO

" La televisión es un parque de atracciones, la radio es el parque de las emociones"

No me gusta hablarles de mi profesión, pero hoy me siento obligada a escribir sobre una de las cosas que mejor me hacen sentir en mi vida. He vuelto, todavía no me lo puedo creer. El viernes volví a sentirlo: Ese cosquilleo raro que me entra en el cuerpo cada vez que abro o cierro micro. Es la hostia. Creo que la he cogido con ganas. Lo mío con ella se remonta a muchos años atrás. Es muy importante en mi vida, tanto, que a ella le debo mi carrera. Recuerdo que en primero de periodismo estuve a punto de abandonar la licenciatura para irme a cursar un ciclo de educación infantil, hasta que la conocí. ¡Bendita sea! Gracias a ella el mundo perdió una profesora y ganó una periodista.

Es como una pareja, estoy enamorada de ella porque juntas hemos vivido momentos inolvidables. La siento, no sé como carajos explicarlo. Me hace muy feliz, es como una vena que deja tras de sí una pulsión enloquecedora. La quiero de verdad, porque es magia.

Fue la segunda en llegar. Primero la prensa y luego ella. Los EGM - estudios Generales de Medios- dicen que pierde fuerza frente a la tele. Es una pena. Esta tarde un compañero de emisora me ha invitado a ver su programa. "Para fomentar la radio, voy a traer todos los días a niños"- decía. Y así ha ocurrido, esta tarde la emisora se ha llenado de niños pululando por la pecera. Era un gustazo verlos a todos sentados, colgándoles los pies de las sillas y con los cascos puestos.

Siempre he pensado que lo bueno que tiene la profesión de periodista es que te permite cambiar de tercio en función de tus necesidades y capacidades. El amor mediático es un lío. Para casarme la prensa, me enamora la radio y mi amante es la tele. ¡Menudo trío!

En fin, estas líneas son para ella, para las tardes que ahora compartimos juntas y que, sin querer ser mal pagada, me están devolviendo la vida. Para ella, con sus puntos y comas, con sus ráfagas e indicativos; para ella, el RDSI y las pautas diarias. Para ella y para los que me enseñaron a quererla cuando era una niña, estas líneas volcadas desde lo más profundo del alma. Me gustaría decirles muchas cosas de ella, la echaba tantísimo de menos... Echaba tanto de menos sus historias, las suyas y las de de Paquita, Pedro, Manuel y Lola..., todas esas historias que, al fin y al cabo, también son mias.

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