sábado, junio 27, 2009


"Bad". Así se llamaba la canción que mi madre y mi tío Fer no dejaban de poner en el tocadiscos del salón cuando era una niña. Llevo varios meses sin escribir en este blog, tal vez porque no tenía nada que decir... Hasta hoy.

El jueves por la noche viendo CNN internacional me enteré de que Michael Jackson había muerto. Al principio, como todas las noticias, la recibí con cierta distancia especulando sobre su veracidad. Una vez confirmada, me acosté y, al día siguiente viví junto a mis compañeros una jornada laboral emocionante y a su vez agotadora.

El que puso banda sonora a mi infancia Jacko, el malo había fallecido en su casa de Neverland en extrañas circunstancias que aún están por determinar. Ya de madrugada, cansada y resacosa me conecté a la Red como hago a diario para ver cómo tratan los periódicos del día siguiente la noticia. Llevaba varios meses sin escribir y la foto de portada de cierto diario español me devolvió las ganas de hablar: Cuatro columnas, grandes dimensiones y color para una imagen de la cara de Jacko el malo con los ojos cerrados y más blanco que nunca porque estaba clínicamente muerto. En la foto, tomada de la pantalla de un televisor, se podía observar al cantante intubado y con una mascarilla, bajo la mano de un enfermero que intenta sostener una bombona de oxígeno.

Deleznable. Cosas como estas hacen que me plantee una vez más hasta dónde se puede llegar para vender periódicos... Y más, cuando las normas de estilo de ese diario predican lo siguiente: "no se publicarán imágenes de cadáveres". Entonces, es cuando miro la portada, me cuestiono mis dioptrías de miopía (que son muchas) y me planteo lo siguiente: ¿Y esta foto de que es? Yo aquí precisamente no veo al Sr. Jackson paseando por el parque...

Siempre he pensado que una imagen es publicable o emitible cuando es de interés público y no atenta contra la intimidad o el honor de una persona. ¿A ustedes les gustaría que a alguien de su familia se le captara semejante instantánea? ¿Les parece una imagen crucial para sus vidas? ¿Determina esta foto el curso de la investigación de la muerte de Michael Jackson? En definitiva: ¿Es interesante? Y si lo es... ¿Para quien?
Yo soy periodista y esa imagen no me interesa como tampoco me interesaron los primeros planos de la princesa Diana de Gales cuando se estrelló en un túnel de París el 31 de agosto de 1997; la de una víctima de un atentado terrorista o la del vecino que se suicidó hace tres meses en Lavapiés. En los muertos no hay clases, pero si hay clases de periodistas. A mi particularmente me llaman mucho la atención esos que se creen con derecho a juzgar la vida de la gente y olvidan la finalidad que tiene su trabajo: informar. Claro que también hay periodistas que ejercen su trabajo con otros objetivos como ganar dinero y vender más ejemplares. Señores, hay de todo.

Probablemente, el señor Jackson no fuera un santo, pero nadie de nosotros -y menos un periodista- es quien para degradar su persona una vez ha cerrado definitivamente los ojos. No es justo.

Ya lo dijo Jacko muchas veces en un video que dirigió el gran Martin Scorsese allá por 1987; lo dijo tantas veces que se le agotó la voz y cambió de color. Lo dijo alto, bailando, vestido de negro y encerrado en el metro Nueva York: "We can change the world tomorrow. This could be a better place If you don't like what I'm sayin. Then won't you slap my face... Woo! Woo! Woo! (And the whole world has to answer right now just to tell you once again...) Who's bad?"