domingo, mayo 28, 2006

AHORA SI... ¿SI?
"Todo valió un zarpazo al corazón disimulo, no hay delator palpitación,encontrar lo que busqué trocitos de sospecha, siete siglas de papel ¿quién pudo ser? quiero que seas tú¡dímelo! ¡dímelo una vez!...¡por clemencia!, por favor¡dímelo!, confiesa... Tal vez no existas, ante la duda un sí...".
Sí, Flamingos. Enrique Bunbury

Voy a quemar esta canción. Últimamente lloro más de la cuenta. Hoy lo he vuelto a hacer. Llegaba de un gran fin de semana, he entrado por la puerta de casa, ordeno mi cuarto y suena el telefonillo. Era mi primo, mi yo más perfecto. Le abrí la puerta sorprendida, se iba a quedar a pasar la noche conmigo porque tenía que trabajar la día siguiente cerca de mi barrio. Estuvimos tomando unas cañas en el bar de la plaza. Hablamos de EL, de ella, de nosotros y de mi... Las últimas 48 horas han sido muy especiales para la que redacta estas líneas, porque por primera vez en mi vida he logrado sentirme orgullosa de las decisiones que he tomado.
Mi abuela siempre dice que mi otro yo y la que escribe tenemos la misma mirada... ¿Por qué será? Hoy "mi niño" me decía entre copas que estaba más guapa, mientras le comentaba lo arrepentida que estaba de muchas de las cosas que hice durante el año pasado en el que la vida se me escapó de las manos. Recordé... Ya lo había hecho durante la tarde con EL, pero no lloré, simplemente me llevé la vergüenza a cuestas una vez más. Y allí estaba yo lagrimeando en los hombros de "mi niño" espantando fantasmas. No pude evitarlo, a veces me duele acordarme de lo imbécil que fui, de cómo me hipotequé la vida por un puñado de dólares... A veces, me pesan las lágrimas de mis amigos que sufrieron conmigo aquella racha de tabaco, vodka, trabajo,desamor, llanto e insomnio.

Mientras lloraba tapándome la cara, "mi niño" me apartó las manos para secarme las lágrimas, me hizo mirar hacia delante y me dijo: "Elegir lo que más me hace persona, romper con todo y vaciar la mochila de piedras cuando me pesa por mucho que me duela. Eso me lo has enseñado tú. ¿No decías que todo había merecido la pena con tal de haber llegado hasta aquí?"
Asentí con la cabeza y "mi otro yo" me abrazó con un "te quiero" entre los labios. Fue entonces cuando me acordé de EL, de aquella conversación en el sofá... De toda la mierda de gente, de hábitos que me había quitado antes de conocerle... Entonces volví a sentirme felizmente desarmada e impotente ante lo que EL despierta en mi y pensé: Ahora sí. ¿Quién pudo ser? Quiero que seas tú.

domingo, mayo 21, 2006

EL PRINCIPITO

Así se llama uno de mis libros favoritos, ese que he leido cientos de veces. Hoy me gustaría compartir con vosotros una historia que (con permiso del autor) lleva el mismo nombre, pero tiene una trama diferente. La primera sorprendida al conocer este relato fue la que lo escribe.

"Cuando la conocí tenía el pelo largo, andaba siempre leyendo bajo los árboles y no paraba de sonreir. Pasaron los años y volví a verla. Llevaba tacones, vaqueros caros, chaquetas de AD y tops ceñidos. Andaba habitualmente con prisa. "Tengo trabajo"- decía. Todas las mañanas caminaba hacia la redacción sola. Era muy, tal vez, demasiado periodista. ¡Por fin había conseguido lo que quería! Un trabajo bueno, una nómina decente y mil viajes para no estar nunca en casa. La conocí en una de esas noches de farándula madrileña que tanto odia. Me habían hablado más de una vez de ella, tenía fama de inaccesible, la llamaban "la Dama de hierro". Salía casi todas las noches, me la encontraba bebiendo Absolut con naranja en la esquina de alguno de los bares de moda de Madrid. Iba de acá para allá corriendo. Era una currante nata que vivía por y para la profesión. Hasta que un frío atardecer de noviembre amaneció con un catete entre las venas. Había petado, no podía más. Fue entonces cuando, metida en su bañera completamente desnuda, con una copa de vino, fumando un cigarrillo y rodeada de velas tomó la decisión que cambiaría su vida. Desconectó el teléfono móvil, tiró las pastillas para dormir y dejó de pernoctar como un vampiro, en aquellas vacías noches que no llevaban a nada. Se cortó el pelo y después se miró al espejo. Sabía que ese camino no era el bueno y decidió romper con todo, tirar por la borda el enorme lastre que cargaba a sus espaldas.

Dejó su "estupendo trabajo", ese que la daba tanto dinero. Fue entonces cuando sufrió. Miraba a su alrededor, se había pasado toda su vida huyendo de "no se qué", pero que apesar de todo, lo positivo es que se había hecho a sí misma, a base de golpes.

Pasaron los meses, comenzó a trabajar en un sitio mucho más pequeño y con peores condiciones. Ya no llevaba tacones, ni gafas de Prada. Era ella, sin nada, solo ella. Tras esos meses de sufrimiento había logrado ganar la guerra contra si misma. Volvía a ser ella: esa que camina con su timidez a cuestas, que se muere por los otros y que no para de sonreir. Fue entonces, cuando se desprendió de todo lo anterior, cuando le conoció. En un principio, ni ella ni él se hicieron mucho caso. Dicen que suele pasar... Un bar, una playa y un beso bastaron para que ella sintiera que quería que su papel en blanco el que tanto había guardado de todos lo emborronara solo él, porque con él puede ser ella misma, ella, nada más. Cuando le conoció, cambió su forma de ver las cosas. Le impresionó su sensatez y esa serenidad que transmite con solo una mirada. Lo mejor de todo, es que él no hizo nada para que esto la sucediera. Una noche, mientras se besaban en una esquina de un bar ella miró hacia atrás y, en medio de la incertidumbre, le dijo algo que para ella valía más que el más sincero de los "te quiero": "Todo lo anterior ha merecido la pena con tal de haber llegado hasta aquí". Él se sorprendió y le contestó: ¿Tú crees?. La última vez que la vi me comentó que estaba tremendamente asustada, que no sabía que tenía,que no podía evitarlo, que esta vez no quería salir corriendo, que iba a ser valiente y se la iba a jugar... La última vez que la vi estaba escribiendo delante de un ordenador: "Si quieres a alguien déjalo libre, si vuelve a ti es tuyo, si no nunca lo fue""

Probablemente, este no sea el típico cuento en el que la princesa vive en un castillo y el príncipe acude para rescatarla de las garras de un malvado villano. Esta historia no es así, aquí la princesa es una de tantas, es una chica que de repente eligió lo que más la hacía persona. Tampoco el príncipe es el clásico de los cuentos de hadas, se trata de un principito que apareció sin pedir permiso y que lucha contra las sombras de los fantasmas de su pasado. Sinceramente, desconozco el final de este relato (no se si habrá lágrimas o sonrisas) por eso no puedo escribir eso de: "Y colorín colorado, este cuento se ha acabado".

lunes, mayo 15, 2006

UN PASEO POR EL RETIRO

Hay días en los que Madrid se me hace enorme. Hoy ha sido uno de ellos. Esta tarde, mientras hacía un descansito en medio del ajetreo laboral, decidí darme una vuelta por El Retiro. Fue entonces cuando empecé a sentir que a veces las personas confundimos lo importante con lo urgente.

A cada paso que daba, la necesidad de un abarazo aumentaba. Comencé a acordarme de los abrazos de mis amigos. "Aunque no estemos juntos, siempre estaremos unidos". Es verdad. Aquella tarde de reprente recordé la llamada de John, la que me hizo el sábado, mientras andaba de compras. Él miraba el mar, se acordó de mi y marcó mi número de teléfono. Caminaba por el Retiro y me imaginaba que lo hacía con John al lado. Le hablaba de la película que había visto la noche anterior, de la vida, de él...


Paré a tomarme un té en una terracita y me acordé de LuisenyMarius. Era como si estuvieran al lado riéndose conmigo y aliviándome de los agobios. Dejándome llorar en paz y quitándome los sustos. Luisen sonreia y me pedía que confiara en mi misma con esa voz tan bonita que tiene. Les comentaba lo mucho que había ganado en los últimos meses, que a veces me cuesta asimilar todos los cambios que ha experimentado mi existencia, que estoy feliz de que sigan siempre ahí.

Tras un paseo de media hora, sentí a Alex y a Garci. El primero odia caminar y el segundo no para de reirse cuando escucha las quejas del otro. Mientras andaba con ellos, hablámos de lo fácil que es tirar la toalla cuando las cosas se ponen feas, de que hay que seguir adelante y que pase lo que pase, hay que seguir escribiendo.

Javi por un rato dejó su curro en la Ciudad de la Imagen y también vino a verme. Tenía tantas cosas que contarle... Nada más verle me dijo: ¿ A qué esperas? Venga, háblame de él.

Estaba a punto de irme cuando apareció ella: Marta, esa chica de ojos profundos con la que he compartido más de una lágrima y muchas risas. Esa que siempre tiene las palabras adecuadas en el momento oportuno. Estuvimos hablando de miradas, de manos, de mil besos, de "ese chico" que conoció y de "ese" que consiguió desarmarme la noche anterior.

Sí, es cierto. Hay días en los que Madrid se me hace enorme y les echo de menos. Todos necesitamos un abrazo de vez en cuando, y aquella tarde, muchas de las personas que más quiero vinieron a dármelo solo a mi.

sábado, mayo 13, 2006

"MENOS REIR Y MÁS..."

Esta mañana me he levantado increíblemente contenta. ¡Por fin tengo tiempo para MI! ¡Por fin puedo hacer todas esas cosas que habitualmente quiero y no puedo! ¡No me lo creo! Tareas tan triviales como leer el periódico,comer sentada, ver Shin Chan, tomar un cafe con los amigos en una terracita, comprarme algún trapo y arreglarme el pelo y las uñas se convirtieron hace mucho tiempo en un lujazo para mi.

Por eso, valoro cada vez más los fines de semana. Después de cinco días de infierno, ahora toca pasárselo bien. Me levanto de la cama, he dormido 12 horas y hace un sol de escándalo. Me dedico a deambular por mi casa bebiendome una botella de zumo al son de Shakira. Charlo con mis amigos: Una me cuenta sus ligues, otro sus agobios laborales, otro el libro que se acaba de terminar... La que más me ha sorprendido de todas las historias es la que me ha contado Carlos. Resulta que ayer estaban él y unos amigos suyos sentados en un banco en las fiestas de Alcobendas cuando se les acerca un viejo de unos sesenta y tantos con una chica suramericanamucho más joven del brazo y les dice: "Hay que follar más. Si estuviérais follando no estaríais riendo. Menos reír y más follar".

Evidentemente, si los amigos de Carlos y él se estaban riendo antes de que llegara este personaje, su aparición en escena con semejante comentario hizo que se partieran de risa más aún. ¡Como está el patio! Si es que la primavera, la sangre altera. ¡Me encanta empezar el día con una sonrisa!

miércoles, mayo 10, 2006

' La felicidad '
Enrique Bunbury

La felicidad
me está enseñando que no soy feliz
porque es cuando tú no estás aquí
me quiero ir
y la tranquilidad
susurra que no me fíe de tí
porque en cualquier momento
te entra el lamento y te vas de mí
y si te miro
y si te siento
y si me acerco más a tí
y si me pierdo
y si me encuentro
y si te acercas más aquí
y es la ingenuidad
quién grita a mis oídos
que siempre estará
haga lo que haga
siempre arrodillada enfrente a mí
la objetividad
embustera, mentirosa
terca, sin bondad
murmura frases aburridas
que al fin y al cabo
siempre hablan mal de mí
y si te miro
y si te siento
y si me acerco más a tí
y si me pierdo
y si me encuentro
y si te acercas más aquí


Una de las mejores letras que he escuchado. Hay veces que el miedo puede convertirse en el freno capaz de parar hasta el más potente impulso. Para que esto no suceda es fundamental no dejar nunca de sentir.

domingo, mayo 07, 2006


CRÓNICA DE UN GRAN FIN DE SEMANA
(Una de vecinos, adolescentes, conciertos y vacas)

Hay domingos que me gustarían que no existieran. Este en principio es uno de ellos: Me he levantado pesando en mis agobios laborales. Reconozco que debo aprender a sobrellevar etapas como estas en las que, por suerte o desgracia, la incertidumbre es la máxima protagonista. Sinceramente, prefiero no pensarlo, seguir luchando y vivir un AHORA por mucho que me cueste. Creo que el dejar de fumar está repercutiendo bastante en mi estado de ansiedad. Hace dos días me zampé una tableta de chocolate mientras escribía sentada en mi cuarto. ¡Una tableta entera!
Ayer por la tarde me encontré con la persona idónea para recordarme mis kilos dé más. Se trataba de un vecino del barrio que me persiguió, mientras hacía la compra de la semana. Es el típico "nene musculitos", estudiante de INEF, que para mi desgracia entrena en mi gimnasio. Digo esto, porque es el clásico baboso de ojos oscuros y melenita por el que suspiran las niñas de mi zona, que se cree que es gracioso y guapo, cuando en realidad no es más que un puñado de anabolizantes con menos luces que un candil. Nos cruzamos en el portar, yo iba carada de bolsas, llevaba el pelo alborotado, gafas de sol y un chándal al más puro estilo "Marujil".Era el momento perfecto para que alguien como él me hiciera el siguiente comentario. "Últimamente estás muy guapa, pero que como sigas así en un par de meses tu delantera va a aumentar tanto que vamos a tener que llamar a un par de tanques de la Central lechera Asturiana". Cuando escuché sus palabras, mientras me miraba el canalillo, me entraron unas ganas enormes de ducharle con la botella de Aquarius que me estaba bebiendo, pero me contuve. Subí las escaleras y me metí en casa con ganas de venganza.

Este fin de semana ha sido de lo más singular. Además del incidente con mi vecino me han pasado cosas estupendas. ¡¡¡HE REGRESADO A LA ADOLESCENCIA¡¡¡¡ El viernes y el sábado se organizaron unos conciertos en el Palacio de los Deportes y no podía faltar. Rocio, una amiga del curro, y yo nos plantamos allí la noche del viernes dispuestas a arrasar con todo. Nos acreditamos (nos colamos), llegamos al backstage, nos echaron del backstage, conocimos al sobrino de Rosario, volvimos al backstage y nos colamos en el camerino de Coti. Hasta aquí el surrealismo roza la normalidad. Pero ahora viene lo mejor. Una vez dentro de el camerino nos encontramos con su conductor y bajo su atenta mirada (estaba flipando) nos comimos la tortilla y el catering del cantante cuyo tema estrella es "Nada de esto fue un error". ¡Y tanto!

Nos lo pasamos pipa, tanto que al día siguiente decidimos repetir. Esta vez nuestro amigo Charlie se unió a nosotras. Empezamos la noche igual, nos acreditamos, nos echan, nos colamos y.... ¡Aparecemos en el camerino de Ojos de Brujo! Rocio no perdió cancha y nada más entrar vislumbró en medio de todos los avalorios tres pases de backstage. Sin perder el tiempo, nos los pusimos. La noche estaba resuelta:¡ Ya podíamos deambular por todos sitios y robar cerveza a quien se nos pusiera por delente!Decidimos quedarnos en el camerino de Ojos de Brujo agazapados. Cuando llegó el grupo, se quedaron alucinados al vernos allí. Tras la mala cara del primer impacto, logramos hacernos una foto con Marina, la solista.

Aquí no acaba la noche. Después nos hicimos amigos de las limpiadoras, las cuales nos enseñaron su "particular museo" de fotos y autógrafos de famosos que pasaban por el Palacio de los Deportes. Tras esto, fuimos a tomarla con El sueño de Morfeo. ¡Un gran fin de semana! Sí , señor. Lo peor de todo fue que Carlos, en medio de todo este jaleo, perdió las llaves del coche. y acabamos, junto a media redacción de informativos, sentados en la garita de seguridad del recinto del concierto buscando las llaves. Donde estarán las llaves...

Sinceramente, hay domingos que me gustarían que no existieran. Pero este ha dejado de ser aburrido y melancólico, cuando en medio de mi agobio laboral, decido salir a comprar el periódico y vuelvo a encontrarme con mi "querido vecino". Estaba metida en plena noticia de Maragall y ERC cuando oigo que alguien me saluda desde el otro lado de la calle. Era él. Intento hacerme la loca, pero ya era tarde, había cruzado la acera. Me acompaña hasta el portal y al despedirse me dice: "Oye morena, a ver si un día de estos te invito a algo sin alcohol". Entonces, asumiendo mi papel de tanqueta de la Central Lechera Asturiana le contesté: "Anda, que para eso no tienes que tomar Colacao...". Se fue indignado, mientras que "la vaquita de la Central Lechera Asturiana" se dedicaba a leer su periodiquito, en chándal, sentada en el salón de su casa. Es lo que tienen los domingos...

jueves, mayo 04, 2006

NO TIENE NOMBRE... ¿O SI?
(Se llama Moleskine)

El grito se desvanece por mi garganta y desemboca en el silencio, ese silencio que enmudece la voz. Nunca pensé que podía ser tan necesario como respirar. Percibir que todo lo de tu alrededor sobra y vives en un mundo a parte, tu mundo, ese en el que solo habitas tú y quien quieras que habite. Ese lugar dentro de la realidad en el que todo no tiene nombre porque te dedicas a sentir.
He empezado el día hablando con mi gran amigo John, un canario que se cruzó en mi vida allá por los tiempos en los que estudiaba periodismo en un búnker llamado Facultad de Ciencias de la Información. John es una parte de mi, que siempre ha estado presente en lo bueno y en lo malo. Él es el primero que me avisó de que esto tarde o temprano acabaría sucediéndome...

Hoy me siento en la obligación de escribir sobre algo que desconozco, algo que se me va introduciendo poco a poco por las venas. Es como un virús que se mete en el cuerpo y no sabes de dónde ha salido, da miedo, pero en el fondo te gusta. Me hace sentir mejor persona. A veces me vuelve loca intentar racionalizar con vocablos lo que me pasa por dentro. No puedo, soy incapaz. El miércoles un amigo, sintiéndo a través de mis ojos, me dijo: "Alguien te ama cuando te ve mejor de lo que realmente eres". Es cierto. Hace poco consiguieron dejarme sin palabras. Por primera vez la que escribió no fui yo. Es una sensación tan rara... Pero tan buena, que no la puedo definir. Hay momentos en los que encantaría llegar a escribir el texto más bonito del mundo, pero no puedo. Me sobran y faltan palabras.

He cambiado, es verdad. La vida y todo lo ha sucedido tras vaciar de piedras mi mochila me han hecho evolucionar, mirar más allá de mi y ver (sentir) muchas cosas. Termino el día hablando con John. Me comentaba cosas de trabajo y le he dicho: "No quiero hablar de periodismo. Háblame de ti". Ante su sorpresa, me contestó: "Tenías que esperar tanto para darte cuenta.... La vida ES AHORA y es esta, con sus pequeños detalles y alegrias. No seras mas feliz por estar en el telediario de una cadena grande o en una pequeña... ". La vida es AHORA, un "ahora" en el que siento cosas que no tienen nombre...

martes, mayo 02, 2006


HOY NO ES AYER

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Entonces, es cuando realmente lo aprecia. Después de dar unas cuantas vueltas y de ver muchas cosas, he decidido mirarme a mi.
A lo largo de los últimos cinco meses he pasado por diferentes situaciones, unas buenas y otras no tanto.

Me pesaba demasiado la mochila y decidí vaciarla de piedras. Una vez entras en el campo de batalla, no vale de nada echarse atrás, tienes que seguir luchando por lo que te ha llevado hasta allí.

Hay días en los que me levanto y tengo ganas de coger un avión. Marcharme muy lejos a vivir "la guerra de otros". Desde que vacié la mochila de piedras, he entrado en la batalla en la que realmente me la juego. No vale de nada huir para no sentir miedo de lo que se desconoce. Y a mi me queda mucho que aprender sin moverme de casa. Me queda pasar lo peor, enfrentarme al peor conflicto: la guerra conmigo misma. Asumir el riesgo de mis decisiones y mirar hacia adelante porque ya no soy la misma y hoy no es ayer...

lunes, mayo 01, 2006



SOBRE JAPÓN, CHINA, ENAMORADOS, TRAJES USADOS Y PERIODISTAS
Lunes 1 de Mayo, día del trabajo. Festivo.Todo era perfecto: Estaba en la cama soñando que me tumbaba sobre un futón japonés, comía chocolate y alguien que me gusta mucho me besaba en los labios cuando de repente.... Suena Enjoy the silence en mi móvil. Abro los ojos, pero no contesto. Miro las llamadas y me doy cuenta de que eran dos de mis jefes. ¡Cruda realidad! Me revuelvo en mi camastro durante 30 minutos, intentando volver a retomar el sueño, pero desgraciadamente era imposible. Me levanto de la cama invadida por una desalienante resignación, pongo Hoy que no estás de Alejandro Sanz, a todo trapo en la cadena, mientras me dedico a hacer las labores del hogar. Cuando recogía la cuadra en la que se había convertido mi cuarto, no pude evitar pararme ante un Buda chiquitito (Made in Shangay) que me regaló mi amigo Carlos como recuerdo de su viaje a China. Sonreí. Ayer fue una noche de reencuentros, risas, fotos de Shangay, sueños y canciones, en la que entre calimocho y cubata (que yo no tomé) acabamos hablando de lo de siempre: El amor y sus múltiples variantes. ¿Porqué todo parece tan complicado? ¿Somos nosotros los culpables, el ritmo de vida que llevamos, la sociedad, el estrés... O Sexo en Nueva York , tal vez? Tras horas de conversación, llegué a la siguiente conclusión: El enamoramiento (de verdad) sucede pocas veces, cuando llega lo sabes, lo sientes... Las demás opciones se te anulan como por arte de magia. Tienes insomnio, te asustas y sueñas, sueñas mucho... E independientemente de lo que pase al final de la historia, habrá merecido la pena solo por haberle conocido.Tras rememorar los recuerdos de la noche anterior en la que tres amigos invadidos por el romanticismo acabamos cantando canciones en el sofá de Carlos, vuelvo a mi cruda realidad, me siento en el ordenador para trabajar y no puedo. Tenía la cabeza invadida por mil interrogantes y no paraba preguntarme: ¿Y ahora que? Mientras buscaba un sustitutivo de la nicotina por los rincones de mi casa, recibo la llamada de mi amigo Alex, un gran periodista, que entre risas acabó comparando a los plumillas que empezamos en esto, con los trajes de vestir. "Los usas cuando quieres y cuando no te sirven o no te hacen falta los mandas a la percha"´, decía. Tenía toda la razón. Tras una charla telefónica de más de una hora, en la que no faltó el sentido del humor, vuelvo a sentarme a trabajar... Mi mente está a punto de estallar, mientras no paro de preguntarme: ¿Y ahora que? Escribo cuatro líneas, me tomo un café... Y cuando ya estoy a punto de salir a la calle y comenzar a gritar: ¡Estoy harta de todo, necesito unas vacaciones! Me llaman mis amigos del periódico: Marta, Alberto y Chano, para hacer una de nuestras reuniones familiares. Entonces, mando todo al carajo, decido subirme a unos tacones y mientras me duchaba, la dichosa pregunta: ¿Y ahora qué? Encontró respuesta: El tiempo es como agua que cae entre los dedos y hay cuestiones que solo él es capaz de despejar.