jueves, enero 11, 2007

CASATE CONMIGO


Esta mañana, mientras hacía mi ronda habitual de periódicos, he recibido la llamada de John: "Solo quería desearte un buen día. Sonríe y piensa que es irrepetible". A veces pienso lo increíble que es disfrutar de las pequeñas cosas que nos proporciona la vida a diario... Tras quedarme embobada frente al ordenador durante unos minutos, mi móvil volvió a sonar. Esta vez era mi primo: ¿Has visto las fotos de la boda de Helena en internet?

Ni corta, ni perezosa me metí en la página www.casateconmigo.com y aluciné. ¡El colmo de la horterada! Metías un username y un password y te apareían todas las imágenes del bodorrio: un previo con los mejores momentos previos al enlace en el que los novios van conjuntadamente vestidos, la compra de los zapatos de ambos e incluso la novia con rulos puestos... ¡Exclusiva!

Hay que fastidiarse lo que podría ser un momento íntimo e irrepetible, se convierte en un amasijo de fotos de dos babosos" besuqueándose para toda la red.

Les seré sincera: Nunca creí en los poderes mágicos del matrimonio. Para mí el matrimonio es una excusa para que mi empresa me de 15 días libres tras la boda, pillar pasta para irme de viaje o pagar la entrada de un piso... Para querer a alguien no necesito convertir mis sentimientos en un espectáculo, ni tampoco un anillo. Es todo mucho más sencillo, más simple. Es amar y disfrutar de las pequeñas cosas que a la larga son más grandes de lo que percibimos a simple vista. Pero ya nada me extraña... Esta mañana un títular de prensa anunciaba que más de 15.000 personas se habían presentado a un casting para un reality show en el que se hacen cambios de imagen radicales. El colmo... Encontrar la felicidad en unas tetas de silicona. ¿Quién habló de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida?