lunes, septiembre 11, 2006

EL CAMINO DEL ZEN

Cada día es irrepetible.

Parece que el calor empieza a amainar. El aire me hace una visita nocturna, se cuela por mi ventana para rozarme la piel cuando estoy sola. Llámenlo tranquilidad, magia... Lo que quieran. Ya hay árboles que comienzan a despojarse de las hojas, niños que hacen colas en las papelerías para comprar los nuevos libros de texto, gente corriendo de un sitio para otro...

Esta tarde, cuando caminaba de regreso a casa no he podido evitar acordarme de John. Mientras me recreaba en la puesta de sol sentada frente a la Gran Vía, su imagen invadió mi mente... "Madrid está precioso, Jony".

Hoy al llegar a mi pequeña cueva del barrio de García Noblejas me he encontrado con una grata sorpresa: Mi madre, Anita la fantástica, estaba allí con sus discos, su energía positiva y sus poderes del más allá. Al principio, como casi siempre, no he reparado mucho tiempo en ella. Me he limitado a meterme en mi cuarto, ordenar mi pila de DVD´s, VTR, CD´s y revistas Vogue que estaban esparcidas por los rincones al son de Blur.

¿Nunca les ha ocurrido que hay determinadas cosas en su vida que no suelen compartir con nadie? A mi me pasa eso con Blur es mi grupo favorito, pero no lo escucho con todo el mundo. Mi madre tengo que reconocer que es la única que se atreve a entrar en mi cuarto cuando lo tengo puesto, dice que le gusta, pero no me lo creo.

Estaba de bajón, no les voy a mentir. Esto de conducir la vida por donde quiero me está costando bastante y a veces me siento sola en el intento. Ordenaba mi antro acompañada de la melodiosa voz de Damon Albarn cuando Anita la fantástica se asomó por la puerta para ofrecerme dar un paseo.

Estuvimos caminando por mi barrio, recordando mi adolescencia rebelde en la que iba con el pelo color panocha, tenía un carácter insufrible en casa cuando no hacía lo que me daba la gana, hacía apología de la libertad de expresión en un colegio de monjas, me expedientaban y acababa los días tirada en el suelo de mi cuarto escuchando Blur diciendome: Algún día las cosas cambiarán...

"Lo importante es seguir luchando y saber porqué lo haces. Últimamente la gente se pasa la vida encerrada en un curro para ganar dinero y se dejan la vida ahí dentro. Se de lo que hablo. No se puede cambiar EL MUNDO, Sara, pero cada día que pasa si puedes cambiar poco a poco TU MUNDO, porque eres libre para elegir lo que quieres hacer. Con el paso de los años te darás cuenta de que cada día es irrepetible y que el tesoro más valioso de la vida es tu tiempo". Cuando mi madre terminó de pronunciar esas palabras sonrió, se dirigió a un kiosko, compró un libro que se llamaba El camino del Zen y lo puso entre mis manos. "Espero que te guste"- me dijo.

Tengo que reconocerles, aunque me cueste, que hay momentos de nuestra vida en los que necesitamos escuchar nuestra propia música junto a alguien. Hay instantes en los que sin darnos cuenta pedimos a gritos que nos acompañen en el camino o que nos sigan animando a andar cuando sentimos que no podemos más. La filosofía Zen dice que "para salvar la vida hay que destruirla, y que cuando está totalmente destruída, por primera vez quedamos en paz". Me está costando, pero lo conseguiré.

Gracias mamá.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

No eres un Madelman, ni tampoco la dama de Hierro. Yo tampoco. No sabes Sara lo que nos está ayudando leer tu blog a muchos.

Anónimo dijo...

"Cada día es irrepetible y el tesoro más valioso de la vida es tu tiempo". Gracias por compartir esto que te enseña la vida con nosotros. ERES LA MEJOR y me encantaría no perderme un segundo de tu vida. Un beso para una de mis mejores amigas.

Anónimo dijo...

CARPE DIEM A TODOS¡¡¡

Anónimo dijo...

Que nutritivo desayunarme con tus pensamientos amore, que alimenticio observar las peripecias en la búsqueda de tu camino. Y que enriquecedor sonreir mientras te leo porque sé que son palabras que te vienen de ese encuentro secreto que estas teniendo con La Verdad, de ese juego a solas que tienes con La Luz.

(por cierto, como que compras Vogue!!!?????) :-S

jeje, besos