martes, junio 27, 2006

VACACIONES

Llegó el final de curso. ¡Qué alegría! Soy de esas personas que miden el tiempo según las agendas escolares. Seguro que a muchos de ustedes les ocurre lo mismo... Señoras y señores ha llegado la hora de evaluar las asignaturas de las que me he examinado este año. A ver si no me queda ninguna para septiembre...

Ayer por la noche, mientras recogía mi cuarto encontré unas cuantas fotos que me hicieron recordar mi apertura de curso. Fue un 21 de septiembre, estaba en un bar celebrando mi cumpleaños de forma multitudinaria con Marta. Habia mucha gente: amigos, compañeros y desconocidos. Alguién me regaló una libro en blanco con una cubierta verde- de un gusto exquisito- y me dijo: "Este es el mejor regalo que alguién como yo podría hacerte". Sonreí, nos besamos y luego vino lo demás. La historia se acabó con la entrada del año nuevo, con ella también finalizaron muchas otras cosas... Atrás quedaron los paseos por la Gran Vía al amanecer vestida con la ropa de día anterior, aquella cena en el japonés, las crisis de ansiedad, los caprichos, las vibraciones negativas, los excesos, el trabajo y mi mala vida.

Ahora ya no me queda nada de lo que fui, nada. He vuelto al punto de partida. Esta mañana caminaba sola por las calles de mi adorado Madrid, era la primera vez desde hacía mucho tiempo que disfrutaba de mi. Mientras lo hacía escuchaba la radio, solo me faltaba bailar por las aceras... ¡Estaba feliz conmigo! Con las incógnitas de mi vida sentimental, con mi corte de pelo, con mis manos, con mi entorno... Había logrado aceptarme. Cuando disfrutaba de este magnífico momento personal sonó mi móvil. Tenía un sms de aquel chico que me regaló la libreta verde. "Acabo de escuchar a X cantante en la radio. ¿Recuerdas aquel concierto? Un beso por los viejos tiempos". No les voy a engañar me quedé alucinada. Al instante, no pude evitar mirar hacia atrás y sentirme orgullosa del camino andado, porque gracias a él hoy estoy aquí escribiéndoles a ustedes.

Volví a leer el mensaje, Y sentí que acababa de aprobar la asignatura más importante de mi vida, había logrado valorarme a mi misma independientemente de todo. Yo soy yo, no mi trabajo. Yo soy Sara y quiero que me quieran por lo que soy, que me valoren. Yo soy Sara y quiero hacer senir a todos los que me están apoyando, sin condicones, lo importantes que son, porque lo más bonito del querer es dar.

Señores, esta tarde me han dado las notas. Me han puesto un sobresaliente. ¡Increíble! Con lo que me ha costado... Ahora creo que me merezco un buen descansito. Respirar. Ver que acontece fuera de las paredes de una redacción, observar que mi mundo es más amplio de lo que siempre he imaginado, y descubrir de paso cual es el mundo en el que quiero seguir viviendo. ¿Lograré algún día estar tranquila? Saben que es mi sueño. De momento, voy a hacer las maletas. Les dejo por unos días. Me voy de vacaciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La encontrarás, estoy segura de que algún día no muy lejano estarás tranquila.