miércoles, junio 14, 2006

PERDONEN QUE NO ME LEVANTE
Pa decirte que me está matando ya fingir. Voy a llorar con mi voz. (...) Que no soy nada, no, que tengo el alma partida en pedazos, me sobra todo alededor. Voy a llorar... Que no soy yo... Diego Martín.

He decidido trasladar mi despacho donde habitualmente escribo a las cafeterías de Madrid. El ruido, la música de la radio y el ajetreo de la barra últimamente son el sitio donde me encuentro. Tengo sed, me voy a pedir una Coca- Cola.

Dicen que hay que poner al mal tiempo buena cara, pero esta tarde me ha costado disimular. He estado almorzando con un buen amigo que, sin querer ha sacado a relucir el incómodo momento por el que estoy pasando. ¿A que no lo sabían? En menos de 10 días la que escribe pasará a formar parte de las largas listas del INEM.
Mi amigo me preguntaba mientras comíamos:¿Cómo lo llevas? Y señores, no pude evitarlo, rompí a llorar. - Lo llevo fatal- le contesté.

¿Nunca les ha pasado que intentan aparentar que están bien cuando en realidad están hechos polvo? ¿Jamás han tenido la sensación de que todo se mueve a su alrededor menos uno mismo?
En este mes me he dado cuenta de muchas cosas: Entre ellas quienes me quieren por lo que soy, y quienes por como soy.

Esta tarde el bueno de Nacho me ha invitado a comer en contra de mi voluntad diciendome: "Cuando seas una gran presentadora, me pagarás una cena". ¡Qué iluso! Sí, señores, he vuelto a llorar motivada por la incertidumbre, el desespero y la impotencia.

Con lo que me he jugado para llegar hasta aquí... Se me había pasado la llantera cuando Nacho me preguntó: ¿En quien te estás apoyando para pasar el trago?- En mi- le conesté mientras volvía a lagrimear. Ahora me arrepiento de aquella respuesta porque es errónea. Las cosas no son así. La familia, los amigos y grandes profesionales me están ayudando a aguantar el tipo. A todos ellos quiero darles las gracias.

Sentada en una de mis cafeterías favoritas le doy vueltas a la contestación que le di a Nacho. Creo que me sentía sola. Tras el almuerzo me dediqué a deambular por Madrid oculta tras mis enormes Versace... ¡Como me gustan esas gafas! Lloras y no se te ve la cara.

Esta profesión a veces es cruel, te hace esconder cadáveres en el armario, y no les voy a negar que la que escribe a su corta edad ya tiene unos cuantos.

¿Quien dijo aquello de "no somos nadie"?Lo cierto, es que a presar de todo intento ver el lado positivo de esto y doy gracias a la vida por la difícil lección que me está haciendo aprender a golpes, como siempre. Ya tengo los ojos más abiertos, percibo más la valía de la gente que estuvo y los desplantes de los que no.

Señoras y señores, es hora de que me pida otra Coca- Cola, esta vez, espero que no venga sola. Les invito a que se pasen por aquí una tarde, estaré sentada en "aquel café"del centro que tiene los sillones rojos. No sean tímidos, pasen.

Veo que algunos ya entran por la puerta. Siéntense, por favor, pidan lo que quieran. Y perdonen que hoy no me levante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayyyy... Como lo sabía!!! Si nos conocemos ya. Duele,eh? Ya decía yo que estabas aguantando demasiado... Lo del viernes fue la HOSTIA. Y te jode. Normal.¡Como te admiro,tia! Tienes los ovarios bien plantaos y encima ERES PROFESIONAL de los pies a la cabeza. Esperate,Sara, todo va a ir bien.

Anónimo dijo...

Este es un mensaje de esperanza para todos los parados de este país . Si un pringadillo como servidor está apunto de encontrar curro (tras varios meses de busqueda), no hay que perder la fe. Hay que evitar desesperarse.
Saludos y paciencia.