jueves, agosto 02, 2007

LA INTERSECCIÓN PERFECTA

Es difícil encontrar silencio en medio del ruido. Esta tarde, entre teclas y mucho follón, me han contado una historia. Al otro lado del auricular un hombre mayor, barbudo, grandullón y con pinta de bonachón me dictaba una columna sobre "Un amor imposible".

Se trataba de un músico de jazz, conocido por todos como Miles David, que se enamoró de una cantante francesa. Era un amor imposible. Él era de color y extranjero, ella francesa y refinada. No hablaban el mismo idioma, vivían en puntos del planeta distintos y, encima, su relación en los años 50 estaba mal vista por la sociedad. Pero a pesar de esto, se quisieron mucho, aún en la distancia. Pocos días, antes de morir Miles hizo una confesión cuando alguien le preguntó: "Si la quisiste tanto... ¿Por qué no te casaste con ella?". El famoso trompetista contestó: "No quería hacerla infeliz".

Cuando te mueves entre las difíciles coordenadas de la vida en pareja (piso, avales, nóminas, gastos e intereses), a veces resulta complicado hacer de dos personas una misma. Es imposible, pero creo que ahí está el secreto del éxito de una relación. ¿Recuerdan cuando en primaria estudiaban la teoría elemental de los conjuntos de Venn? Uniones, intersecciones y diferencias. A veces no hay nada mejor que recurrir a la lógica matemática para solucionar los conflictos de una relación. Cualquier pareja pensaría que no hay nada mejor que la unión: Cada cónyuge fusiona sus cosas con las del otro, y santas pascuas... Pero, la pregunta es: ¿Dónde queda la parcela para uno mismo? Las diferencias tampoco me convencen: "Los elementos de un conjunto A que no se encuentran en otro conjunto B, forman otro conjunto".

Lo mejor es la intersección, sin duda: "Los elementos comunes a A y B forman un conjunto denominado intersección de A y B. Es decir, es el conjunto que contiene a todos los elementos de A que al mismo tiempo están en B". No se si me entienden, pero lo mejor, lo más enriquecedor para una pareja es formar un conjunto (vida) que tenga parcelas en común, pero sin renunciar a esas partes propias de cada miembro que es lo que en realidad enriquecen la relación.

Miles Davis y su musa de la excentricidad, la bella solista gala, a pesar de sus vidas separadas eran la intersección perfecta. Entre los dos lograron alimentar una relación forjada en la independencia, consiguieron crear, en sus ratos libres, un mundo a parte, su mundo, ese en el que solo ellos pueden entrar. Eso, en definitiva, es lo más importante

1 comentario:

Anónimo dijo...

Periodísticamente bueno. Literariamente mejor. Esta columna me llega en un momento muy adecuado, ya que me hallaba en una pregunta interior acerca de una extraña intersección sin curvas que atravieso.Tras leer tu columna, la travesía resulta incluso más placentera.

Gracias maravilla, ¡te quiero!