sábado, noviembre 01, 2008

DON´T GO AWAY

Era una tarde de esas, como otras muchas, en las que tras ver una película, vas a hacer la compra de la semana y acabas rendida sentada delante del ordenador buceando en la red de redes. Te sumerges en un mundo al parecer conocido buscando algo. En mi caso lo acabé encontrando. Se trataba de una canción de los británicos Oasis fechada en 1998.

Es increíble lo que puede significar para el ser humano enfrentarse a la nostalgia, cuando tras el paso de 10 años un sonido difuso, lejano y añejo te trae recuerdos a la cabeza. A veces no es necesario ver para sentir. Tampoco es necesario moverse de la silla para que se te haga un nudo en la garganta y se te empañen las lentillas cargadas de lágrimas deseando brotar a borbotones.

Supongo que para eso están las canciones, para ver sin necesidad de abrir los ojos. Aquella tarde, gracias a aquella melodía que andaba enterrada en lo más hondo de mi memoria, pude volver a pronunciar una frase que marcó mi adolescencia: Don´t go away.

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